C ON S U L T A _ M É D I C A _ INTEGRAL

Adriana Marcela Sánchez Otero
Salud Integral Preventiva y Biopsicogenealogía / Terapia Coramai ©

Médica Cirujana Universidad Nacional

Vivir desde el Corazón: Sentir y Crear Vínculos Amorosos, Cuidado Mutuo, Reciprocidad, Escucha Interior, Presencia, Conciencia Corporal y Sabiduría.

martes, 28 de enero de 2014

Degustar, Sentir, Sanar

Está por finalizar el primer mes de este Año, aunque para la Cultura China recién en unos días un año nuevo comenzará.

Son muchos los calendarios y las tradiciones y muchas las formas que aprendemos  sobre  el percibir y degustar nuestro entorno.

Tiene que ver con nuestros órganos de los sentidos y de cómo  hemos sido criados. Aprendemos por instinto, por observación, por instrucción.

Muchas de esas formas de "percibir el mundo" son condicionamientos que tenemos desde niños. Y pasan tan desapercibidos, porque como hábitos, se han  incrustado hasta los tuétanos. Nos enseñan a ver, a oler, a probar; aprendemos a rechazar o  aceptar un alimento, un aroma, una textura. Y  "aprendemos" a escuchar al otro y su criterio, sea éste otro  la voz de un adulto cuidador, de un comercial, de un  experto. Y esas voces acallan la  interna, y entonces dejamos de escuchar...nos.

Y disminuimos paulatinamente nuestra capacidad de confiar en nuestros recursos internos, en nuestras percepciones, en  nuestro sentir. Y tememos la pérdida, la insatisfacción y nos abarrotamos de todo...porque más es mejor. Y comenzamos a buscar más emociones, más sabores, más olores y más. En el menor tiempo posible y generalmente afuera.

Y entonces ahí fácilmente caemos en una trampa muy peligrosa, la trampa de lo automático. En diferentes situaciones. Y particularmente en salud, lo automático no sirve.

Han visto personas que sentadas a la mesa sin probar los alimentos, añaden más sal? más salsas ? o personas que comen vorazmente...tal vez con más hambre emocional que física?  O personas que consumen  los alimentos muy fríos o en exceso  calientes? y rápido?

Tal vez para ellas el  sencillo y pleno acto de degustar no es importante. Consumen en automático, sin escucharse. Algo se enredó en su camino y alguna voz fue acallada. Algún sentir tal vez?

Tal vez degustar, no cabe en un  mundo cada vez más ruidoso, afanado y agitado. Sin  embargo nuestro cuerpo está diseñado para que percibamos en forma diferencial, la variedad de aromas, sabores, texturas, entre otros. El afán de consumo no sólo de alimentos, está deteriorando  nuestra capacidad de discernimiento biológico. Y es esa capacidad la que nos ha traído hasta hoy, es la que nos ha permitido  saber que es sano  y qué no lo es. Es  una capacidad que contribuye a vivir en forma equilibrada en nuestro entorno.

El planeta cuenta con  más de 5000  plantas comestibles (hierbas, vegetales, frutos) pero en promedio un ser humano consume menos de 50 y si somos más estrictos, la mayoría consume  menos de un alimento natural por cada 2-3 procesados, si no  lo cree  haga un registro de sus alimentos consumidos durante el día anterior y  haga el cálculo, se sorprenderá. Esa disminución en la diversidad de aportes nutricionales esta generando  unas carencias que difícilmente se  compensan con la ingesta de multivitamínicos u otros suplementos procesados, eso sumado a monocultivos e industrialización hacen que nuestro entorno  cada vez se prive de diversidad y por ende nosotros nos privemos de diversidad.  Y la diversidad biológica es básica para el mantenimiento de las especies, incluyendo la nuestra.

En este mundo de globalización  donde fácilmente podemos obtener un  producto de territorio antípoda, estamos comiendo menos saludablemente que nuestros ancestros. Consumimos más comestibles que  alimentos, consumimos más industrializado que natural. Consumimos productos modificados. Y todo lo que tiene un  proceso  por regla tiene un aditivo y  los aditivos son  ALTAMENTE ADICTIVOS.

No es de sorprendernos entonces que a la larga prefiramos el comestible versus la fruta. ¿Ha visto la proporción del área que ocupan los alimentos  procesados respecto de los no procesados en un supermercado o  tienda de barrio?

Otrora para hacer unas galletas se necesitaba un poco de harina, unos huevos, agua, tal vez leche y fruta;  hoy día si  miramos los ingredientes de cualquier galleta industrial no  bajan de 7, e incluyen  benzoatos, potenciadores de sabor como el glutamato monosódico, sabor y color "parecidos" al  natural, sendas cantidades de azúcar y sal. Como se fabrican en serie, tienen que conservarse mucho tiempo para que el industrial no  pierda.

Los aditivos no están diseñados para favorecer nuestra salud sino  para evitar las pérdidas en  la industria de los alimentos.

Tener de todo  y todo el tiempo,  más que favorecer la salud la perjudica, por algo existen  los alimentos de cosecha, y la variedad que tenemos en nuestro territorio, cada vez menor por desuso y  asuntos de demanda, tiene su razón de ser.  Hemos de cultivar el hábito de un consumo  responsable, del gozo de la palatabilidad desde el vientre, de la importancia del Sentir, de la autonomía en el Sanar.

Le invito a que en su  próxima ingesta, observe bien qué va a consumir, que lo huela, que lo saboree, degustando plenamente y sintiendo  su efecto al ingresar a su cuerpo,  al digerirlo. Así aplicando  la  máxima de Hipócrates, estará usted consumiendo una excelente medicina.

miércoles, 15 de enero de 2014

Voz del Cuerpo, del Corazón, del Alma...

“El Cuerpo  Grita cuando se ignoran las necesidades del Alma”

Vivimos  cada día tratando de suplir  nuestras necesidades, algunas son básicas como el alimento,  el vestido, el techo  y otras no tanto  porque  son más deseos que reales necesidades. La tendencia consumista actual ha fomentado  confusión  en  la suplencia de las necesidades básicas y las que no lo son, en relación con la complacencia del deseo  y  su  necesidad de  inmediatez.

Nuestro cuerpo  tiene  sus necesidades y  su  no satisfacción  puede desencadenar  procesos mórbidos. Por ejemplo, la necesidad de líquido  y  alimento  ha de ser suplida en forma adecuada y oportuna pues la deshidratación y la desnutrición son promotoras de enfermedad.  El no saber discernir  entre un alimento  propicio y  otro que no  lo es o  privilegiar una dieta  con abundantes comestibles  industrializados sobre  alimentos naturales puede desencadenar  patologías como  la avitaminosis,  la obesidad, el cáncer.

A nivel físico  se expresa aquello que no  hemos manifestado  emocional,  mental  o espiritualmente. Por ello  es importante  escuchar nuestro cuerpo, darle espacio a su  Voz; escucharle en el susurro o el leve quejido,  no  ignorar los síntomas de desequilibrio  y así no llegar  al  estruendoso  grito  de la enfermedad.

Ser  saludable y  vivir feliz  es parte  importante del bienestar y requiere una escucha multivocal.

Escuchar nuestro cuerpo, escuchar sus  múltiples  voces, emanadas de cada órgano, de cada célula, del Alma misma, esencia  vital del Ser que Somos. La vida así  puede  expresar bellas armonías o enfermizos desacordes.

Ser conscientes de la importancia de  la satisfacción de las necesidades  verdaderas, no confundirlas con deseos y buscar  trascenderlas,  hace que aumentemos  la habilidad de elegir lo que realmente necesitamos. Y eso  no  solo  con respecto a las necesidades del cuerpo  sino  con las del corazón  e incluso  con las del Alma. Tenemos  necesidades en diferentes niveles y  prioridades, discernir sobre las mismas y aplicar la libertad de elección,  nos permite pasar del Yo necesito  al  Yo prefiero y desde ahí  nutrir el Alma.

Desde lo biológico  tenemos unas necesidades a suplir para el cuerpo, desde lo emocional y mental también. Como seres en continua observación y cuido hemos de procurar espacios propicios donde podamos escuchar nuestras voces y las voces de otros, voces de Cuerpos, voces de Corazones, voces de Almas y así  propender por Sanos vínculos y relacionamientos, libertad en la expresión del Ser en cada Uno,  comprender y asumir  nuestras responsabilidades y derechos, tejer sociedad solidaria y saludable, vivir en plenitud.

Qué necesita entonces el Alma?
Que vivamos desde sus cualidades, con coherencia, alineados cuerpo, mente y corazón.
Que vivamos con Libertad, Dignidad, Veracidad,  Responsabilidad, Serenidad. Que  Vivamos desde el  Amor,  que nos conduce a todas las otras.  Desde un  Amor  “rizómico”(1), continuamente en  expansión horizontal, en una  maravillosa danza de horizontalidad de corazones.

Sin embargo actualmente como  humanidad no escuchamos su  voz, su canto y  vivimos estas cualidades del Alma como  necesidades, como carencia, como ausencia.

Cuando  trascendamos  dichas necesidades y  las  vivamos como realmente son, solo entonces, estaremos realmente  Viviendo  desde el Corazón,  Viviendo una Nueva Humanidad.

Seres Humanos compartiendo quienes somos y escuchando  la Voz del Alma porque hemos escuchado la Voz del Corazón a través de nuestros cuerpos  y vínculos con toda la Gente con la que  cohabitamos este hermoso planeta.

Seres Humanos que a través de  nuestras voces y roles, Danzamos al Amor, Danzamos a la Vida, Cocreando  Humanidad. Por eso mi Labor, por eso mi Voz, por eso Mi canto (2):

 “Escrito está en el Cuerpo, Fluir lo dejaré.
Escrito está en Mi  Cuerpo, Lo  liberaré.
Suelto con  mi  Voz, Suelto con  mi  Rol
Suelto con  mi Danza, Suelto con  Amor…”

(1)   Rizomas   tallos subterráneos que crecen  horizontalmente,  con múltiples  yemas de donde surgen  raíces y  brotes. Cada año renovando  una parte de sí y en virtud a su forma de crecimiento, abarcan  un gran  territorio.
(2)    Escrito está en el  Cuerpo. Cantos de Luna.  © 2013