Con todo lo que ha pasado ultimamente, es un enorme desafio vivir una niñez en total plenitud, tranquilidad y asombro. Como adultos nuestra responsabilidad va más allá de los niños y niñas de nuestra familia...los niños son nuestra siguiente generación y merecen nuestra dedicación, respeto, amor y cuido...en todo momento, en toda circunstancia.
Propiciemos espacios saludables, nutricios, entrañables...para todos, todos. Recordemos -y cuidemos-a ese niño/niña interior que llevamos dentro, y dejémosle ser. Esa es una acción saludable y urgente en nuestro tiempo, en nuestro territorio.
En un día como hoy que la alegría danzarina de la vida me contenga y nutra, y a cada uno de ustedes también.
En un día como hoy danzaré con gozo y agradecimiento, fluyendo con los vitales instantes...de lo cotidiano.
¡Que nuestras acciones valgan la alegría y no la pena!
No hay comentarios:
Publicar un comentario