“El Cuerpo Grita cuando se ignoran
las necesidades del Alma”
Vivimos cada día tratando de suplir nuestras necesidades, algunas son básicas
como el alimento, el vestido, el
techo y otras no tanto porque
son más deseos que reales necesidades. La tendencia consumista
actual ha fomentado confusión en la
suplencia de las necesidades básicas y las que no lo son, en relación con la
complacencia del deseo y su necesidad de inmediatez.
Nuestro
cuerpo tiene sus necesidades y su no
satisfacción puede desencadenar procesos mórbidos. Por ejemplo, la necesidad
de líquido y alimento
ha de ser suplida en forma adecuada y oportuna pues la deshidratación y
la desnutrición son promotoras de enfermedad.
El no saber discernir entre un
alimento propicio y otro que no
lo es o privilegiar una dieta con abundantes comestibles industrializados sobre alimentos naturales puede desencadenar patologías como la avitaminosis, la obesidad, el cáncer.
A nivel
físico se expresa aquello que no hemos manifestado emocional,
mental o espiritualmente. Por ello es importante
escuchar nuestro cuerpo, darle espacio a su Voz; escucharle en el susurro o el leve
quejido, no ignorar los síntomas de desequilibrio y así no llegar al estruendoso
grito
de la enfermedad.
Ser saludable y
vivir feliz es parte importante del bienestar y requiere una
escucha multivocal.
Escuchar nuestro cuerpo,
escuchar sus múltiples voces, emanadas de cada órgano, de cada
célula, del Alma misma, esencia vital
del Ser que Somos. La vida así puede expresar bellas armonías o enfermizos
desacordes.
Ser conscientes
de la importancia de la satisfacción de
las necesidades verdaderas, no
confundirlas con deseos y buscar trascenderlas,
hace que aumentemos la habilidad
de elegir lo que realmente necesitamos. Y eso no
solo con respecto a las
necesidades del cuerpo sino con las del corazón e incluso con las del Alma. Tenemos necesidades en diferentes niveles y prioridades, discernir sobre las mismas y
aplicar la libertad de elección, nos
permite pasar del Yo necesito al Yo prefiero y desde ahí nutrir el Alma.
Desde lo
biológico tenemos unas necesidades a
suplir para el cuerpo, desde lo emocional y mental también. Como seres en continua observación y cuido
hemos de procurar espacios propicios donde podamos escuchar nuestras voces y
las voces de otros, voces de Cuerpos, voces de Corazones, voces de Almas y
así propender por Sanos vínculos y
relacionamientos, libertad en la expresión del Ser en cada Uno, comprender y asumir nuestras responsabilidades y derechos, tejer
sociedad solidaria y saludable, vivir en plenitud.
Qué necesita entonces
el Alma?
Que vivamos desde
sus cualidades, con coherencia, alineados cuerpo, mente y corazón.
Que vivamos con Libertad,
Dignidad, Veracidad, Responsabilidad, Serenidad. Que Vivamos desde el Amor, que
nos conduce a todas las otras. Desde un Amor “rizómico”(1),
continuamente en expansión horizontal,
en una maravillosa danza de
horizontalidad de corazones.
Sin embargo
actualmente como humanidad no escuchamos
su voz, su canto y vivimos estas cualidades del Alma como necesidades, como carencia, como ausencia.
Cuando trascendamos
dichas necesidades y las vivamos como realmente son, solo entonces, estaremos
realmente Viviendo desde el Corazón, Viviendo una Nueva Humanidad.
Seres Humanos
compartiendo quienes somos y escuchando
la Voz del Alma porque hemos escuchado la Voz del Corazón a través de
nuestros cuerpos y vínculos con toda la
Gente con la que cohabitamos este
hermoso planeta.
Seres Humanos que
a través de nuestras voces y roles,
Danzamos al Amor, Danzamos a la Vida, Cocreando
Humanidad. Por eso mi Labor, por eso mi Voz, por
eso Mi canto (2):
“Escrito está en el Cuerpo, Fluir lo dejaré.
Escrito está en
Mi Cuerpo, Lo liberaré.
Suelto con
mi Voz, Suelto con
mi Rol
Suelto con mi
Danza, Suelto con Amor…”
(1) Rizomas tallos subterráneos
que crecen horizontalmente, con múltiples yemas de donde surgen raíces y
brotes. Cada año renovando una
parte de sí y en virtud a su forma de crecimiento, abarcan un gran territorio.
(2)
Escrito está en el Cuerpo. Cantos
de Luna. © 2013
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