Nuestro corazón es un órgano maravilloso; trabajador incansable, continuamente se va ajustando a nuestras necesidades y gracias a su bombeo continuo, la sangre circula por todo nuestro cuerpo.
Pese a ser el gran evocador del amor o del desamor, pocas veces prestamos -real- atención a él salvo cuando el dolor físico -o emocional- se hace intolerable.
Sentarse cada día en una escucha activa de tu corazón te permite ahondar en las profundidades de tu Ser y explorar tus más esenciales propósitos.
Meditar, caminar por la naturaleza, permitirse el silencio, posar tus manos y tu atención en el pecho, escucharle, son formas de conectar directamente con él. Siendo el Gran Dialogante con todos los órganos, mucho tendrá que decirte...si se lo permites.
Saludable y entrañable diálogo
Adriana Marcela
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